En los últimos años, muchas empresas han utilizado la sostenibilidad como herramienta de marketing. Por eso, R5 siempre ha buscado un enfoque riguroso y transparente de esta cuestión. No sólo contrarrestamos la propagación de los plásticos de un solo uso con nuestros productos, sino que también colaboramos con organizaciones de reconocida autoridad para apoyar la recogida y recuperación de plásticos en zonas del planeta menos organizadas y más expuestas a la propagación incontrolada de residuos. Plastic Negative: más allá de la neutralidad R5 fue una de las primeras marcas en Italia en obtener la certificación Plastic Negative con rePurpose Global, optando por medir la cantidad de plástico liberado en el medio ambiente para comprometerse a compensar el doble financiando proyectos certificados de recogida y reutilización. Este es el significado del logotipo Plastic Negative que encontrará en nuestro sitio web y en muchos de nuestros productos: financiamos la recogida de más plástico del que introducimos en el medio ambiente cuando nuestros clientes compran nuestros productos. Lo hacemos asociándonos con Repurpose Global, una plataforma internacional que reúne a marcas, consumidores, innovadores y responsables políticos para combatir la crisis de los residuos plásticos. Los resultados de nuestro compromiso Este año, R5 financió una cuota de 6,5 toneladas de plástico dentro del proyecto Anant Pranay (que significa «Amor infinito» en hindi) en la India. Con este proyecto, Repurpose Global pretende actuar contra la contaminación por plásticos en Aurangabad. El proyecto fomenta la recogida ética y el tratamiento de plásticos de escaso valor, que de otro modo se habrían convertido en contaminación plástica. Todas las mujeres que luchan contra los residuos reciben alimentos y kits de racionamiento gratuitos todos los meses, lo que les permite disponer de ingresos adicionales para mejorar su nivel de vida. En total, el proyecto ya ha recogido más de 3 millones de kg de plástico, ha implicado a más de 100 trabajadores locales, en su mayoría mujeres, y ha mejorado el proceso de recogida de residuos que afecta a unas 500.000 personas. Por tanto, el impacto no es solo medioambiental, sino también social: se ofrecen oportunidades de trabajo digno, se mejora la calidad de vida de las familias implicadas y se construye un modelo replicable de economía circular en una zona densamente poblada, donde solo el 1% del plástico se gestiona a través de un sistema formal de recogida.